Vistas de página en total

22 de junio de 2009

Ocho principios para desarrollar una actitud de vencedor en Cristo




Base Bíblica: Romanos 12:2; Proverbios 23:7c; Romanos 8:35-39
Introducción:
¿Qué determina el que seamos perdedores o vencedores? Nuestra actitud. Dios nos creó con las condiciones para ser ganadores, no fracasados. Nos concibió con todas las condiciones para salir adelante, por encima de las circunstancias que enfrentemos cualesquiera que sean. Lamentablemente la condición de pecado del género humano le lleva a dejarse dominar por los pensamientos de derrota que siembra nuestro enemigo espiritual, si se lo permitimos. Es su forma de atacar nuestro presente y futuro, sembrando pensamientos orientados al fracaso.
I.- LA ACTITUD ES DETERMINANTE PARA AVANZAR, ESTANCARSE O RETORCEDER EN EL PROCESO DE CRECIMIENTO PERSONAL Y ESPIRITUAL.
1.- Alcanzamos un alto nivel de liderazgo cuando adoptamos la actitud correcta. Sobre nuestra relación con Dios, con nosotros, con las relaciones interpersonales y en la forma como enfrentamos las circunstancias (Proverbios 23:7c). 23:7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo
2.- El Señor Jesucristo enfatizó la importancia de que pongamos en orden nuestro mundo interior (Lucas 6:43-45).
6:43 No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. 6:44 Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. 6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
- La verdadera transformación ocurre desde nuestro mundo interior hacia nuestro mundo exterior.
3.- PRIMER PRINCIPIO: La actitud que usamos al iniciar una relación, un proyecto o fijarnos un propósito, determina si lo concluiremos o lo dejaremos a medio terminar.
Ejemplo: Números 13:26-33. Las dos actitudes que asumieron cada uno de los 12 espías enviados a reconocer la tierra prometida.
13:26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. 13:27 Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 13:28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. 13:29 Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán. 13:30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 13:31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 13:32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 13:33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos

4.- SEGUNDO PRINCIPIO: La actitud determina si soy un vencedor o un fracasado. Todo depende de lo que guardamos en el corazón (Proverbios 4:23)
4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
5.- TERCER PRINCIPIO: Nuestra actitud determina si convierto los problemas en gigantes o en oportunidades de bendición (Romanos 8:28)
8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

II.- LA ACTITUD ES DETERMINANTE PARA DISFRUTAR LA VIDA O AMARGARNOS CADA INSTANTE DE LA EXISTENCIA.
1.- CUARTO PRINCIPIO: Nuestra actitud hacia los demás, determina el trato que recibiremos (Lucas 6:31)
6:31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

2.- QUINTO PRINCIPIO: Nuestra actitud frente a las circunstancias adversas y situaciones que nos rodean, puede convertirse en una actitud amiga o una actitud enemiga. Obra a nuestro favor o en contra (Marcos 9:23).
9:23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible

3- SEXTO PRINCIPIO: Nuestra actitud determina si somos felices con lo tenemos o vivimos infelices con lo que no tenemos (Eclesiastés 2:11; 3:12, 13)
2:11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

III.- LAS ACTITUDES DE TODA PERSONA PUEDEN SER TRANSFORMADAS CON EL PODER DE JESUCRISTO (Romanos 12:2)
12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta

1.- SEPTIMO PRINCIPIO: Nuestras actitudes negativas cambiarán cuando decidamos cambiarlas. Nadie me obliga a hacerlo (Deuteronomio 30:19)
30:9 Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres

2.- OCTAVO PRINCIPIO: Nuestras actitudes deben ser sometidas a un ajuste constante, desechando pensamientos negativos (Filipenses 4:8)
4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad
3.- Siempre debemos tener presente que nuestras actitudes son contagiosas. Para bien o para mal.
Conclusión:
Dios nos concedió el privilegio de tomar elecciones. Pueden ser acertadas, si se toman en Dios, o desacertadas. Todo depende de la opción por la que nos inclinemos. El apóstol Pablo enseñó a los creyentes del primer siglo y también a nosotros que es posible cambiar nuestra forma de pensar y por ende nuestras actitudes (Romanos 12:2). Para ello, el propio apóstol instruye sobre la importancia y necesidad de evitar pensamientos dañinos, que anidan en el corazón y desatan comportamientos errados, de fracaso.

No hay comentarios:

  “… Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”   hebreos 12:1.  ...