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29 de octubre de 2018


Mensaje a LAODICEA (3:14-22) parte I

La última carta para las iglesias de Apocalipsis es para Laodicea. El mensaje que el Señor les envía es el siguiente:

(Apocalipsis 3:14-22) Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: "El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto: (15) 'Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! (16) 'Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (17) 'Porque dices: "Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad"; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo, (18) te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver. (19) 'Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. (20) 'He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. (21) 'Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. (22) 'El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.'"

En contraste con la iglesia de Filadelfia, la cual no recibió reprensión del Señor, esta última iglesia no recibió ninguna afirmación sino sólo reprensión. No tenía nada bueno que decirse de ellos. A pesar de eso, el Señor aun los consideraba como parte de Su iglesia. El Señor estaba fuera de esta iglesia, pero Él estaba a la puerta tocando para que le abrieran sus corazones y le permitieran entrar y tener comunión con ellos.

A pesar del estado en que se encontraba esta iglesia, todavía tenían esperanza—tenían tiempo para arrepentirse y salir victoriosos.

Muchos comentaristas consideran que esta iglesia representa el estado de los creyentes de los últimos tiempos antes que venga el Señor.

LAODICEA
Laodicea era una de las ciudades más prósperas de la región gracias a su comercio. Estaba estratégicamente localizada en el encuentro de dos importantes rutas comerciales, la del este-oeste y la del norte-sur. Por esto, se convirtió en una ciudad banquera, donde se intercambiaba todo tipo de moneda. Además, era conocida por varias industrias, entre las cuales estaba la fabricación de prendas de lana negra al igual que un ungüento especial para los ojos hecho de rocas pulverizadas de la región.

La ciudad era tan rica que se dieron el lujo de rechazar la ayuda del imperio romano cuando un terremoto devastó la región en el año 60 a.C. Ellos contaban con suficientes recursos propios para la reconstrucción. 

Este era un pueblo rico, orgulloso y autosuficiente…pero había algo que no tenían: agua. Ellos se vieron forzados a comprar agua de los pueblos vecinos, la cual era transportada a través de acueductos. A la ciudad de Hierapolis le compraban agua caliente, que provenía de fuentes termales; de Colosa provenían aguas frescas de manantiales. Los romanos construyeron acueductos que transportaban el agua. Para el tiempo en que el agua llegaba a Laodicea, ésta se volvía tibia. Pero no podían tomar el agua de inmediato, sino tenían que esperar que se enfriara, ya que, si se tomaban tibia, podía producir náusea, no sólo debido a la temperatura sino también a los minerales que traía el agua.


UNA IGLESIA RICA, PERO POBRE
Así como la ciudad de Laodicea, también la iglesia del lugar era rica. Con sus muchos recursos hicieron planes y programas, pero no tomaron en cuenta a Dios, y lo dejaron afuera.

Dios quiere que sus hijos sean prósperos en todo. Sin embargo, existe un peligro cuando se crece en prosperidad material, pero no en espiritual a la misma vez. Esto es lo que Dios advirtió a los israelitas antes de entrar a la Tierra Prometida:
(Deuteronomio 8:17-18) No
sea que digas en tu corazón: "Mi poder y la fuerza de mi mano me han producido esta riqueza." (18) Mas acuérdate del SEÑOR tu Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.

La prosperidad material debe ir de la mano con la espiritual.
(3 Juan 1:2)  
Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.

Si la riqueza material se convierte en el objetivo de la vida, entonces perdemos la perspectiva de lo que es verdaderamente importante: Dios. Esto es lo que le sucedió a la iglesia de Laodicea.

(Apocalipsis 3:17)   
Porque dices: "Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad"; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo.

La iglesia de Laodicea se creía “rica”, pero en realidad eran muy pobre. No estaba con ellos el Señor. Lo dejaron fuera, y Él tuvo que llegar a tocar la puerta.


CIEGOS Y DESNUDOS
El Señor también describe a la iglesia como “ciega y desnuda”. Esta descripción tuvo que pegarles fuerte a los creyentes de Laodicea, ya que era algo que creían tener.

Con anterioridad mencionamos que Laodicea era famosa por un colirio fabricado localmente, el cual curaba enfermedades de los ojos. Por lo tanto, la ceguera estaba lejos de ser una preocupación para ellos. Tampoco creían estar desnudos porque en esta ciudad fabricaban vestimentas de lana.

Pero así como estaban pobres espiritualmente, también eran ciegos y desnudos espiritualmente. Eran ciegos porque no podían ver la realidad de Dios ni el ámbito espiritual. Estaban desnudos espiritualmente porque estaban vestidos de obras propias, pero no de la justicia de Dios.

Pedro describe la ceguera como la carencia de las virtudes espirituales. 

(2 Pedro 1:5-9)  Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; (6) al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, (7) a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor. (8) Pues estas virtudes, al estar en vosotros y al abundar, no os dejarán ociosos ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. (9) Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados.

Los creyentes de Laodicea eran pobres, ciegos y desnudos espiritualmente. Eran ciegos porque no habían permitido que las virtudes del Espíritu Santo transformaran su carácter. Su falta de virtud se hacía evidente “en la calle”, y así quedaban desnudos, quedando su pobreza espiritual expuesta ante todos. Pero para evitar esto, el Señor les aconsejó hacerse tesoro espiritual.
(Apocalipsis 3:18)  
Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver.

La iglesia de Laodicea creía tenerlo todo, pero en un sentido espiritual no tenían mucho. Habían creído en Jesús como su Salvador, pero no como su Señor. Eran salvos, pero no habían permitido que sus vidas fueran transformadas a la imagen de Jesucristo. Pablo lo explica de la siguiente manera:
(1 Corintios 3:11-15) 
Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo. (12) Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, (13) la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno. (14) Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. (15) Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.

¿Cómo podemos “comprar” el tesoro espiritual? El profeta Isaías lo revela:
(Isaías 55:1-3) 
Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno. (2) ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno, y se deleitará vuestra alma en la abundancia. (3) Inclinad vuestro oído y venid a mí, escuchad y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros un pacto eterno, conforme a las fieles misericordias mostradas a David.

El tesoro espiritual es gratis. Todo lo que se necesita es nuestro deseo. La sed y el hambre espiritual nos llevará a buscar a Dios y a escucharle, y Él saciará nuestra alma sin falta. Pero no nos dará nada a la fuerza. Debemos quererlo para recibirlo. 


5 de enero de 2018

El trastorno por Vídeojuegos será reconocido como enfermedad por la OMS


Entre los síntomas figura "la continuación y el aumento de la actividad pese a la aparición de consecuencias negativas". 
El "trastorno del juego" (gaming disorder) será reconocido próximamente como una enfermedad por la Organización mundial de la Salud (OMS), anunció este viernes en Ginebra un portavoz de la agencia de la ONU.
Los riesgos de adicción relacionados con ese "trastorno" serán agregados a la 11ª lista de la Clasificación internacional de enfermedades (CIM), que será publicada en junio, precisó Tarik Jasarevic en un encuentro con la prensa.
Esta lista, realizada por la OMS, está basada en conclusiones de expertos en salud del mundo entero.
La definición corriente del "gaming disorder" es "un comportamiento relacionado con los juegos de video por internet y fuera de la red, que se caracteriza por una pérdida de control del juego, una prioridad creciente acordada al juego con relación a otras actividades, hasta el punto de que predomina sobre otros centros de interés", indicó Jasarevic.
Entre los síntomas figura "la continuación y el aumento de la actividad pese a la aparición de consecuencias negativas". 
Según los expertos de la OMS, un individuo debe mostrar una adicción anormal al juego durante meses antes de ser diagnosticado como afectado por el trastorno, que será clasificado como "comportamiento adictivo", agregó el portavoz.
Pero subrayó que es prematuro especular sobre la amplitud del problema. 
Agregó que "hay personas que piden ayuda", por lo que el reconocimiento formal de su condición ayudará a desencadenar nuevas investigaciones y nuevos recursos para combatir el problema.
En nuestra opinión, hace tiempo que debió hacerse esto. ⧪

  “… Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”   hebreos 12:1.  ...