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3 de febrero de 2015

El Concierto de la Vida

SALMOS 38:15-16 “Yo, Señor, espero en Ti; Tú, Señor y DIOS mío, serás quien responda. Tan sólo pido que no se burlen de mí, que no se crean superiores si resbalo.”

Cuando un ensamble musical, sea un dúo o una orquesta sinfónica, con todas las de la ley, ejecuta una pieza musical es muy importante para el éxito y calidad de la interpretación que cada uno de los que forman parte del ensamble hagan lo que les corresponde hacer con sus instrumentos en el momento preciso en que deben participar. Mientras más acoplados estén los músicos mejor será la interpretación de la pieza musical y mejor se podrá apreciar lo que el autor quiso comunicar cuando compuso la obra. Si alguno de los músicos no está cumpliendo con su parte, de acuerdo al arreglo musical, el resultado será disonancia y fracaso.

En la partitura están las instrucciones de cómo se debe ejecutar la pieza, con indicaciones precisas de cuándo tocar, qué notas tocar, cuándo callar, cuándo deben tocar todos los integrantes y cuándo le corresponde al solista ejecutar, la intensidad con que producirá cada una de las notas y el ritmo que se utilizó en la composición, etcétera.

¿Estás siguiendo las indicaciones que aparecen en la partitura de tu vida? o, por el contrario ¿te conduces tú mismo y tocas con improvisación y cuando mejor te parece? La parte que tú ejecutas ¿produce armonía o disonancia? ¿Eres principiante o músico experto? ¿Te has puesto de acuerdo con el Director de la orquesta en cómo será tu interpretación de la parte que te corresponde?  
Es vital que tengas una respuesta para estas y muchas otras preguntas relacionadas con la calidad de la ejecución del instrumento que te ha sido asignado. También es importante que aquellas áreas en las cuales existen oportunidades para mejorar sean identificadas y se establezca acciones precisas para que la interpretación de la partitura se haga con excelencia.
Mantengámonos, pues, atentos a la lectura de las instrucciones del Director que se encuentran en la Biblia, Su Palabra. Pronto veremos cómo mejora la calidad del sonido y se alcanza la armonía en nuestra obra musical. ¡Solo a DIOS sea la gloria!


ORACIÓN: Padre Santo, ayúdame a sobreponerme a mis deseos de tomar el control de mi vida, con el fin de que seas Tú quien me dirija en todos mis actos. Dame la mente y el corazón de Cristo, para que no sea yo sino ÉL viviendo a través de mí. Que todo lo que yo piense, hable o actúe sea totalmente dirigido y controlado por Tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús, amén.
  

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