Vistas de página en total

10 de abril de 2015

Ira

PROVERBIOS 29:22: El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca.
Es muy peligroso vivir muy cerca de personas iracundas y violentas. Uno nunca sabe el momento en el cual van a explotar y cometer un desastre. La ira es una reacción exterior de violencia de lo que hay en nuestro interior. La causa de la ira en la vida de las personas tiene por cierto muchas causas. Muchos de ellos han sido rechazados en el pasado por sus familiares, amigos o han atravesado circunstancias donde fueron abusados emocionalmente. Todo ese “volcán” interior de frustración se canaliza en las explosiones de ira hacia los demás. La persona iracunda es una creadora de problemas y constantemente vive en el fango del pecado. Como personas podemos dominar y eliminar de nuestras vidas a la ira por medio del Espiritu Santo. Una cosa es airarse un momento, otra muy distinta es darle lugar al diablo para que descontrole la ira. Camine en cada momento controlado por el Señor. La ira puede aparecer en cualquier momento en la vida y hacer estragos. Muchas discusiones empiezan en forma acalorada, luego se transforman en explosiones de ira y terminan con violencia física.
Por medio del Espiritu Santo podemos ser portadores de paz y no de ira. Examine su carácter en este día y note la frecuencia de sus explosiones de ira que lo ha llevado a los serios problemas que está teniendo últimamente. Con Cristo siempre hay tiempo para empezar de nuevo. Entréguele al Señor aquellas situaciones que le hacen explotar en ira y renuncie a ellas en el Nombre de Jesús. Pídale al Espíritu Santo que le de un nuevo carácter, el carácter de Cristo, para que dentro de un tiempo pueda mirar atrás y notar que la ira descontrolada ya es cosa del pasado gracias al obrar del Señor.


CONFESION DE FE:
DESECHO LA IRA DE MI VIDA, EN EL NOMBRE DEL SEÑOR, PUES A NADA BUENO CONDUCE.

ORACION:
Cambia mi ira por paz interior, oh Dios. Cambia mis reacciones para que ellas manifiesten el fruto del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

  “… Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”   hebreos 12:1.  ...