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14 de enero de 2015

Frente al rechazo

JUAN 1:11-12 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de DIOS”

Cuando sentimos el golpe de un gran rechazo, como la traición de un amigo cercano, la herida causada por un familiar o la infidelidad de una pareja, puede que nos preguntemos si alguna vez volveremos a encontrar a alguien que nos ame. En nuestro intento de encontrarle sentido a nuestro dolor, podemos ser tentados a responder al rechazo en maneras destructivas:
El desprecio a uno mismo, significa que asumimos la total responsabilidad del fracaso de la relación. Nos preguntamos: ¿qué pasa conmigo que hace que las personas me dejen? ¿Acaso hay algo tan repulsivo en mí que nadie me puede amar?

El desprecio a DIOS, lo culpa de nuestro dolor. Razonamos que si ÉL tiene el control de nuestra vida y nos ama, entonces debió habernos protegido de esa experiencia desgarradora.
Pero la respuesta no debe ser ninguna forma de desprecio. Más bien necesitamos acercarnos a DIOS, pues «cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu» (Salmo 34:18).

Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, es un ejemplo de rechazo; la mayoría de escribas, de fariseos o de autoridades de aquel tiempo lo rechazaban y no aceptaban que ÉL fuera el Cristo. Aun fue rechazado por los suyos, por sus amigos, pero Jesucristo lejos de desanimarse por el rechazo que recibía, cumplió a cabalidad el mandato de Su Padre Celestial.
Definitivamente DIOS no te ha llamado a sentirte rechazado por aquellos que te han traicionado, al contrario DIOS quiere hacerte libre de ese sentimiento negativo que puede estar causando daño a tu vida. El puede actuar de diferentes formas y solucionarlo, pero lo primero que DIOS quiere que tú recuerdes es que tú eres importante para ÉL (“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a  ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.”Juan 15:16).

El rechazo a Dios, puede dejarnos desprovistos de todo gozo, paz y amor. El quebrantamiento delante de DIOS puede fortalecer nuestro carácter, profundizar nuestra fe y permitirle cambiar y sanar nuestro corazón. Podemos aprender a abrazar la esperanzadora realidad de que DIOS nos oye y que finalmente nos librará del rechazo desgarrador.

ORACIÓN: Padre Celestial, gracias Te damos porque Tú no nos desamparas y estás permanentemente a mi lado. Gracias Señor por las muestras de Tu amor… En el nombre de Cristo, amén.

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