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28 de julio de 2015

Busquemos y hablemos la verdad

“El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Micaías hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey”.
2 Crónicas 18.7

Uno de los desafíos de este tiempo es buscar y hablar la verdad, más allá de que esta sea como nosotros quisiéramos que fuera.
En el versículo vemos que el rey no quiere consultar al profeta de Dios porque, por lo general, no le decía lo que él quería oír.
Frente a esta actitud, prefirió oír a otros cuatrocientos profetas paganos, porque ellos sí le decían lo que él quería escuchar.
Este es el síndrome de muchas personas que oyen nada más a aquellos que les dicen las cosas que a ellos les gusta oír, y por eso les va tan mal en la vida.
A la hora de tomar decisiones busca revelación de parte de Dios, más allá de que esta sea como tu querías que fuera, y rodeate de gente que te diga la verdad, más allá de que no te guste escucharla.
También necesitamos hablar la verdad, más allá de que nos quieran tentar a estar en sintonía con lo que dice el resto, como vemos también en este pasaje. Sin embargo, al final, el profeta tuvo la valentía de declarar lo que venía de parte del Señor, y no lo que el rey quería oír.

En este tiempo, más que nunca, debemos declarar el pecado y las cosas que no le agradan a Dios, más allá de que a los que reciban la palabra no les guste oírla.
Del mismo modo, frente a una consulta, debemos ser sinceros en nuestra opinión y, lejos de agradar al que nos consulta, debemos hablar la verdad como corresponde.
Que en este tiempo verdaderamente busquemos la verdad de parte de Dios para nuestra vida y que también podamos hablar la verdad a los demás, conforme lo que el Señor quiere para ellos.
Yo bendigo tu vida con valentía tanto para escuchar como para hablar la verdad, y de esta forma puedas ser bendecido y también ser de bendición a los demás. 

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