Vistas de página en total

13 de abril de 2012

El Mensaje Central del Reino de Dios y sus Principios 2da parte


  1. El golpe mortal que se asesta a Satanás con el mensaje del Reino de Dios y la entrega a los hombres de las bendiciones del Gobierno de Dios.

Jesucristo, que se identifica con el Rey Mesías y que hace presente y real con su persona y obra al Reino de Dios, había venido a salvar al pueblo de sus pecados, a dispensar el perdón (Lc. 1:77), y es señalado como el cordero que quita el pecado del mundo (Jn. 1:29), y como el Hijo del Hombre celestial que tiene potestad para perdonar pecados.

Las parábolas del Reino presentan cómo es el carácter de Dios, de qué calibre son el amor y la misericordia divina. De cómo su iniciativa y su obra de la gracia hacen posible la liberación del pecado, y la salvación. De cómo hay un enemigo que ha alterado el curso natural de las cosas desfigurando el propósito divino, el Gobierno amoroso de Dios.

De cómo ha sido necesario el envío del Hijo, el heredero, para restaurar la imagen del Padre y permitir así que la salvación pueda efectuarse. El cómo habrá un juicio favorable a los creyentes, y condenatorio para aquellos que por una “ignorancia maliciosa” hayan persistido en el reino del mundo dirigido por el Enemigo rechazando el Reino de Dios dirigido por el Mesías Rey Jesucristo.

A partir de ahora, a pesar de la afliccion que Satanas pueda producir en el mundo (Jn. 16:33), a pesar de la naturaleza caída y corrupta (Ro. 7:7-24) que poseemos, aun cuando haya que guardarse del mal (Jn. 17:15), podemos confiar en el poder de Dios (Jn.16:33).

Dios nos va a guardar del mal, y nos va a santificar (Jn. 17:17). Mediante la Palabra de Reino de Dios (Jn. 8:31, 32) y el Espiritu Santo (Jn. 14:16-18, 26; 15:26; 16:7-11, 13, 15)

Tendremos la autentica libertad y santidad.

Aquí, en la victoria sobre el pecado conseguida por Jesucristo, proyectada y aplicada a los que quieren ser súbditos de su Reino (Ro. 8:1-17), se evidencia no solo el triunfo actual sobre Satanas, sino además la seguridad de la victoria definitiva sobre los últimos enemigos al final de los tiempos (1 Co. 15:53-58; Ro. 16:20; He. 2:14).

  1. La presencia del Reino de Dios resuelve el problema de la muerte y la existencia del hombre, a través de la obra y predicación del Reino en Jesucristo.

La muerte y lo que la produce el pecado, ha sido vencido, por Cristo Jesus, como garantía de la victoria concluyente que al final de los tiempos acontecerá a todos los hombres.

El mensaje del Reino nos transmite que aunque la muerte se muestra todavía orgullosa, y es llamada por Pablo el último enemigo que ha de ser vencido (1 Co. 15:26), Jesucrito la venció triunfando sobre el pecado y resucitando, siendo la garantía de la victoria definitiva que sobre ésta se obtendrá cuando El venga.

La eficacia de la muerte está limitada por nuestra propia fe en el valor de la obra de Cristo, y en el poder de sus palabras. La fe adquirida como fruto de su victoria sobre la muerte nos da seguridad respecto a su promesa de resurrección. Nuestra fe acorta la distancia entre la victoria de Cristo y el tiempo final establecido para la resurrección.

De tal modo se abrevia que podemos vivir ya ahora ese momento culminante y pleno de la derrota del enemigo.


No hay comentarios:

  “… Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”   hebreos 12:1.  ...