|
||||||||
“No se ocupen solo de sus propios
intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma
actitud que tuvo Cristo Jesús”. Filipenses 2:4-5 (NTV) Dios quiere que aprendas a poder dar sin
amar, pero no puedes amar sin dar. Tú dices: “¡Realmente amo a mis hijos!” ¿Les
das tu tiempo? “Realmente amo a mi esposa”. ¿Le prestas atención? De esto se
trata el amor. Te vuelves más amoroso cuando te vuelves más generoso. Cada vez que eres generoso, se produce un
cambio en ti. Cada vez que das, tu corazón se inclina más hacia Dios. Te
vuelves más amoroso cada vez que das. Te vuelves más como Jesús. Filipenses 1:11 dice: “Que estén
siempre llenos del fruto de la salvación —es decir, el carácter justo que
Jesucristo produce en su vida— porque esto traerá mucha gloria y alabanza a
Dios” (NTV). De lo que estamos hablando aquí es
extremadamente contracultural, porque nuestra sociedad no te dice que des.
Nuestra cultura nos dice constantemente que debemos recibir y acumular. Todo
es acerca de mí. Yo, mis cosas, mis necesidades, mí, mío. ¡Tenemos un
problema de “yo”! Cuando eres generoso, quitas el enfoque de ti
mismo y comienzas a pensar en los demás. Filipenses 2:4-5 dice: “No
se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en
los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús” (NTV). |