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18 de diciembre de 2014

Fortalecidos

EFESIOS 3:16: para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
Una de las claves para enfrentar la vida, y sus diversas situaciones, es vivir fortalecidos en nuestro ser interior.
Cada día son más las “escuelas de pensamientos” y de “búsqueda espiritual” que ofrecen sus cursos para que la gente desarrolle la fuente de la energía y el poder de la mente. Por cierto todo esto es algo diabólico, disfrazado de "algo bueno" diseñado para engañar, seducir y alejar a la gente de la verdadera fuente de poder: Dios.
El poder más grande del universo reside únicamente en Dios, y Él lo manifiesta aquí en la tierra por medio de la persona del Espíritu Santo .
Cuando recibimos a Cristo en el corazón, como nuestro Salvador personal, se crea una comunicación Dios-ser humano que es estrictamente espiritual, por fe, por medio del Espíritu Santo.
La Biblia enseña que el Espíritu Santo es Dios mismo habitando en el corazón de cada creyente nacido de nuevo. Esa presencia, en la medida de nuestra obediencia y fidelidad a Dios, se va agigantando y llenando cada área de la vida. Cuando eso sucede, podemos decir que hemos adquirido fuerza espiritual para aplicar en la vida cotidiana. Esta Fuerza, nos hace permanecer firmes ante los embates de las presiones y problemas que la vida cotidiana trae. La medida de nuestro éxito en la vida está dada en la medida de la fortaleza de nuestro ser interior.
El desaliento y el desánimo que Usted tiene en este momento puede ser transformado, ahora mismo, en fortaleza de Dios para ayudarle a permanecer firme y estable en esa difícil situación que hoy está atravesando.
Desarrolle intimidad con la presencia de Dios y dígale al Señor cuando se sienta débil interiormente:- Espíritu Santo, fortalece mi ser interior, produce en mí las fuerzas que necesito para seguir hacia adelante sin desmayar -.


CONFESION DE FE:
MI SER INTERIOR SE RENUEVA A DIARIO POR EL PODER DEL ESPIRITU SANTO

ORACION:
¡Hay verdadera fortaleza en Tí, 0h Dios! En este día te alabo y te bendigo pues por el poder de tu Espíritu Santo cambias mi debilidad en fortaleza. ¡Gracias por ayudarme a vivir bien Jesús!

10 de diciembre de 2014

COMPLETAMENTE LIMPIOS

SALMOS 51:10 «Crea en mí, oh DIOS, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí».

Imagínate que eres un agente de aduanas que trabaja en el Aeropuerto Internacional de Ottawa en Canadá. Mientras le haces las preguntas usuales a un hombre que pretende ingresar al país, de repente escuchas un ruido, un sonido extraño y apagado que viene del maletín del hombre. Entonces, le pides al sujeto que abra inmediatamente su maletín, y entre otros materiales ves un pico. Y ahora ves alas… y plumas… ¡y garras!   

De hecho, la historia del ave sucedió no hace mucho tiempo. El amigo emplumado era un guacamayo. Lo que es más, sucedió que se trataba de una clase de guacamayo que se encuentra en la lista de especies en peligro de extinción. ¡Nada bueno! 
No hace falta decir que el contrabandista de aves se metió en un gran lío y su amigo graznador fue confiscado, todo porque la criatura dio a conocer su presencia en un momento inoportuno (¡para el contrabandista!).  
No sé en qué estaba pensando el hombre que cargaba con el ave cuando intentó su desventurada misión en el Canadá. Pero lo que si sabemos es que han habido momentos en que se nos ha descubierto, cuando algún pecado nuestro comenzó a «gritar».

El rey David, después de su fracaso moral con Betsabé, anhelaba que ocurriera algo similar en su corazón. Con la esperanza de que las manchas del pecado fueran lavadas, exclamó: «Crea en mí, oh DIOS, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí».
Esta es la buena noticia para nosotros, que puede solucionarse el problema de nuestros pecados. Cuando necesitamos limpieza, las conocidas palabras de Juan brindan esperanza: «Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9).
Nosotros mismos no podemos limpiar nuestro corazón; sólo DIOS puede hacerlo. ¡Si le confesamos nuestros pecados, ÉL promete volvernos completamente limpios!

¿Estás tratando de ocultar tu pecado o lo estas llevando delante de DIOS en arrepentimiento?

ORACIÓN:  Crea en mí, oh DIOS, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. En Cristo Jesús.  Amén.

9 de diciembre de 2014

COMUNICACION ROTA

SALMOS 116: 1-2 “Yo amo al Señor  porque Él escucha mi voz suplicante. Por cuanto Él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.”

Esto sucedió en los Estados Unidos de Norte América.
El 19 de mayo de 1998 se detuvo la comunicación en nuestro planeta. Al menos eso pensaría uno a juzgar por la reacción. Ese día, el satélite Galaxy IV, de 250 millones de dólares, se salió de su posición debida, inutilizando así casi 90% de los localizadores de los Estados Unidos. ¿Te sentiste desconectado durante ese tiempo? ¿No sonaba el beeper? ¿Te sentiste aislado?
Tal vez eras en ese tiempo el tipo de personas que usaba ese medio de comunicación constante y sabes lo que es sentirse desconectado cuando hay una caída en los sistemas.  Para muchas personas este evento fue bastante serio. Los médicos bregaron mucho para mantenerse en contacto con sus pacientes.
En una entrevista con La Prensa Asociada, un importante profesional de la medicina comparó el fallo técnico con una gran tormenta de nieve; sin los localizadores, los pacientes que esperaban donantes para que les hicieran trasplantes y los bomberos que no estaban de servicio se quedaron desconectados.

El potencial para un desastre ¡era enorme!
¿Te imaginas qué desastre sería para nosotros y para nuestro mundo si perdiéramos la comunicación con DIOS? Sin embargo, cuando oramos, podemos tener siempre la confianza de que tenemos una comunicación confiable e instantánea con ÉL.
Cuando el autor del Salmo 116 se metió en problemas y oró, no recibió un mensaje en su localizador que decía: «Lo sentimos. El satélite no funciona.» Más bien DIOS lo libró y su respuesta fue escribir un salmo de alabanza.
¿Cuánto te ama DIOS? Tanto que constantemente inclina su oído hacia ti. Y siempre responde a tus peticiones, tal vez no con un «SI», pero siempre con lo que es « MEJOR» para ti.

Y recuerda: la comunicación es de dos vías. Ya DIOS te ha «llamado» mediante su Palabra, su Espíritu, y enviando a su Hijo a morir en la cruz para que tú pudieras tener el perdón de pecados y una relación personal con ÉL.
Contesta su comunicación hoy. Si no eres creyente, dile a DIOS que confías en Cristo. Si eres cristiano, habla con ÉL ahora mismo. ÉL siempre está listo para recibir tu mensaje… y responder.

ORACIÓN:  Padre Santo, te doy gracias porque Tú deseas una comunión diaria conmigo. Te ruego que pongas en mi corazón el deseo de venir a Tus pies cada día de mi vida para conocerte más y adorarte como sólo Tú mereces. Te pido aumentes mi fe y me des paciencia para esperar en Tí confiadamente, con la certeza de que Tú puedes librarme de la tribulación y suplir todas mis necesidades de manera perfecta. Te ruego pongas en mí el constante deseo de orar por mis familiares, amigos para que tu Santo Espíritu haga en ellos la obra que Tú deseas. En el nombre de Jesús, amén.

8 de diciembre de 2014

APARENTE ABANDONO

SALMOS 74:10-11 “¿Hasta cuándo, oh DIOS, se burlará el adversario? ¿Por siempre insultará tu nombre el enemigo? ¿Por qué retraes tu mano, tu mano derecha? ¿Por qué te quedas cruzado de brazos?”

¡Oh, la impaciencia! Ciertamente una virtud que pocos conocen y muchos menos logran desarrollar. Éste es uno de los grandes males de estos tiempos postmodernos. Queremos dejar huellas y renombre y por lo tanto dedicamos todo el tiempo a mantenernos ocupados, y no necesariamente en las cosas importantes.

Los grandes avances en el transporte y las telecomunicaciones han logrado que las distancias se acorten y que las decisiones tengan que ser tomadas apresuradamente y sin mucho tiempo para madurar las ideas y analizar todos los aspectos del asunto.
Ese ritmo que aplicamos al trabajo lo utilizamos por igual en las cosas que no son del trabajo y para todo mostramos un saludable dinamismo que lamentablemente va acompañado de la inoportuna impaciencia. De esta manera, cuando hablamos con DIOS y esperamos su respuesta a nuestras súplicas y necesidades, lo hacemos con la misma impaciencia con que nos desesperamos o tocamos la bocina cuando la luz del semáforo cambia de rojo a verde y tenemos un vehículo delante del nuestro.
Está bien que cuando oremos a DIOS y derramemos delante de ÉL lo que hay en nuestro corazón, le dejemos saber la impaciencia que nos agobia por no ver que ÉL nos responde con la inmediatez y urgencia que nuestro caso requiere.

Tenemos que ser sinceros con nosotros mismos y muy especialmente con DIOS. ÉL conoce nuestra impaciencia y muy posiblemente la situación que estamos atravesando no es más que una oportunidad de las tantas que DIOS aprovecha para enseñarnos a ser pacientes.
Bajemos la guardia y rindamos nuestro tiempo a DIOS. Su respuesta siempre será oportuna, aunque al principio no lo parezca. Confiemos en ÉL pues ÉL sabe qué es lo que más nos conviene, desde todo punto de vista. 

Esperemos con paciencia que las cosas se den en el tiempo de DIOS y no en el tiempo nuestro. Siempre es mejor cuando DIOS actúa, así nos parezca que se tarda mucho. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!

ORACIÓN:  Padre Santo, te ruego me des paciencia para esperar a que los planes que Tú tienes para mi vida se lleven a cabo en Tu tiempo. No permitas que mi ansiedad y mi afán hagan que me apresure y cometa errores de los que después tenga que arrepentirme. En el nombre de Jesus, amén.

5 de diciembre de 2014

QUEJOSOS, O QUEJUMBROSOS


NÚMEROS 11:1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.…"

Cuando Max Lucado participó en un triatlón de media distancia, experimentó el poder negativo de la queja. Contó: «Después de nadar casi 2,5 kilómetros y de andar en bicicleta otros 90, no me quedaba mucha energía para correr los casi 21 kilómetros que faltaban. Lo mismo le sucedía al que corría a mi lado, que se quejaba: “Estoy harto. Esta carrera es la decisión más estúpida que tomé”. Entonces, le dije: “Adiós”». Max sabía que, si lo escuchaba mucho tiempo, empezaría a estar de acuerdo con él. Por eso, dijo adiós y siguió corriendo.

La Biblia nos dice que tras escuchar quejas durante mucho tiempo, varios israelitas empezaron a estar de acuerdo con ellas, esto desagradó a DIOS y por una buena razón: ÉL los había libertado de la esclavitud y aceptado vivir con ellos, pero seguían quejándose. Más allá de las dificultades del desierto, estaban insatisfechos con el maná que el Señor les había provisto. Su queja les había hecho olvidar que aquella comida era un regalo de DIOS. Como las quejas pueden envenenar de ingratitud el corazón, y ser contagiosas, el Señor tuvo que juzgarlos.
La forma segura de decirle «adiós» a las quejas y la ingratitud es recordar cada día la fidelidad y la bondad de DIOS para con nosotros. Ser quejumbroso es sinónimo de ingratitud. Las quejas en nuestras vidas nos paralizan y nos impiden ver la gran fidelidad y amor profundo de DIOS.

El pueblo de Israel se quejó porque no se enfocaron en la libertad que vivían, después de DIOS haberlos sacado de cuatrocientos años de esclavitud. Nosotros tampoco hemos estado exento lamentablemente de estar en nuestro desierto, por ser quejumbrosos.
Tenemos que decidirnos con todo nuestro corazón a salir de ese hábito que nos ha hecho tanto daño y concentrarnos en lo que dice la Palabra del Señor, que seamos agradecidos de todo.

Proclamar la fidelidad de DIOS acalla la insatisfacción.

ORACIÓN: Padre Celestial… ayúdame a proclamar tu fidelidad para callar la insatisfacción y seguir caminando hasta la meta, gracias por las muestras de Tu amor. En el nombre de Cristo, amén.

  “… Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”   hebreos 12:1.  ...