Es casi imposible que personas razonables y en su sano juicio se dejen llevar por el fenómeno de El Avivamiento de la Risa. Aunque el hecho en sí de que un ser humano se ría al oír algo gracioso es normal, puede ser considerado un síntoma de demencia el que una persona lo haga sin causa alguna; mucho más si esto sucede por períodos prolongados de tiempo. El pabellón siquiátrico de muchos hospitales en donde se interna a enfermos mentales ha visto entre sus ingresos a más de un paciente que llegó allí con estos síntomas.
Lo mismo podemos decir acerca de las personas que por momentos se comportan y rugen como distintos tipos de animales, llámese gallinas, leones, perros o toros. La Licantropía por ejemplo, se define en el Diccionario del Uso de la Lengua Española como una enfermedad mental en donde la persona imita los aullidos de un lobo. La Zooantropía engloba a todos aquellos padecimientos en que un ser humano cree ser uno u otro género de animal y por momentos se comporta así. La Zooantropía desde el punto de vista médico es considerado un desorden grave de la personalidad, a menos por supuesto que la gente esté jugando o actuando, como sucede en el teatro, o entretenimientos infantiles.
El problema es que los promotores del Avivamiento de la Risa, tanto en México como en los Estados Unidos, aseguran que no se trata de un juego. Hay gente que realmente, comienza a reír sin causa alguna y que realmente emite sonidos y actúa como distintas especies de animales en sus cultos, sin poderlo controlar. Las manifestaciones son genuinas, dicen los defensores de este movimiento, y es precisamente su espontaneidad y realidad lo que para ellos prueba su procedencia celestial.
Lo anterior sólo nos deja dos opciones. Uno, los gurús de este movimiento inducen a la gente a estados alterados de conciencia usando técnicas de hipnosis y manipulación, sin la autorización de sus seguidores. O dos, ellos logran atraer personas que ya tenían desordenes mentales y las sesiones de sus cultos crean las condiciones para que los padecimientos afloren. Esta sería la perspectiva al menos desde el punto de vista científico, pero independientemente de cualquiera de las dos posibilidades lo cierto es que nos encontramos ante una situación preocupante, pues afecta el raciocinio de las personas.
Lo mismo podemos decir acerca de las personas que por momentos se comportan y rugen como distintos tipos de animales, llámese gallinas, leones, perros o toros. La Licantropía por ejemplo, se define en el Diccionario del Uso de la Lengua Española como una enfermedad mental en donde la persona imita los aullidos de un lobo. La Zooantropía engloba a todos aquellos padecimientos en que un ser humano cree ser uno u otro género de animal y por momentos se comporta así. La Zooantropía desde el punto de vista médico es considerado un desorden grave de la personalidad, a menos por supuesto que la gente esté jugando o actuando, como sucede en el teatro, o entretenimientos infantiles.
El problema es que los promotores del Avivamiento de la Risa, tanto en México como en los Estados Unidos, aseguran que no se trata de un juego. Hay gente que realmente, comienza a reír sin causa alguna y que realmente emite sonidos y actúa como distintas especies de animales en sus cultos, sin poderlo controlar. Las manifestaciones son genuinas, dicen los defensores de este movimiento, y es precisamente su espontaneidad y realidad lo que para ellos prueba su procedencia celestial.
Lo anterior sólo nos deja dos opciones. Uno, los gurús de este movimiento inducen a la gente a estados alterados de conciencia usando técnicas de hipnosis y manipulación, sin la autorización de sus seguidores. O dos, ellos logran atraer personas que ya tenían desordenes mentales y las sesiones de sus cultos crean las condiciones para que los padecimientos afloren. Esta sería la perspectiva al menos desde el punto de vista científico, pero independientemente de cualquiera de las dos posibilidades lo cierto es que nos encontramos ante una situación preocupante, pues afecta el raciocinio de las personas.
Anulando la Capacidad de Razonar
Es importante recalcar que en la subcultura que han creado Fernando Sosa, Rodney Howard-Browne, Nahum Rosario y muchos de los profetas del Avivamiento de la Risa, la gente que utiliza la razón y la lógica es vista con desprecio. También es víctima de acusaciones de ser poco espiritual y cosas peores. Esta intimidación es la manera que tienen para anular el criterio personal y lograr manipular a las masas. Ellos conceptualizan una espiritualidad que se contrapone a la razón. ¡Que peligroso!
Por lo anteriormente expuesto les tiene sin cuidado que se clasifique de ilógico, o irracional su nuevo movimiento pues pretenden arrogarse por iluminación el derecho de ser exclusivamente ellos, y nadie más, los que determinen la legitimidad de sus supuestas manifestaciones religiosas. Por si esto fuera poco además pretenden apoyarse en la Biblia y en la historia de los genuinos avivamientos cristianos para validar sus aberraciones.
Por lo anteriormente expuesto les tiene sin cuidado que se clasifique de ilógico, o irracional su nuevo movimiento pues pretenden arrogarse por iluminación el derecho de ser exclusivamente ellos, y nadie más, los que determinen la legitimidad de sus supuestas manifestaciones religiosas. Por si esto fuera poco además pretenden apoyarse en la Biblia y en la historia de los genuinos avivamientos cristianos para validar sus aberraciones.
Torciendo los Hechos:
Si es prácticamente imposible que una persona en su sano juicio participe del Avivamiento de la Risa, lo mismo podemos decir de cualquier cristiano que conozca la Palabra de Dios o la historia de los avivamientos cristianos. Sencillamente, el fenómeno de la Risa Santa no tiene precedente alguno ni en la Biblia ni en la Historia. No sólo eso; es totalmente contrario e incompatible con los principios que enseñó Jesucristo.
Tratar de convencer de esto a los fanatizados gurús de las “borracheras espirituales” y a sus deslumbrados seguidores y cazadores de experiencias paranormales es otro asunto. No teniendo importancia según su punto de vista, el raciocinio en asuntos espirituales, es imposible razonar con la mayoría. Siendo la lógica un odiado enemigo que impide dar rienda suelta a sus más extrañas fantasías, los líderes de esta nueva corriente han abierto la puerta a mil y una interpretaciones aberrantes de la Biblia, torciendo el significado de los textos y sacando de su contexto palabras y pasajes enteros por igual, en un desesperado esfuerzo por legitimizar su movimiento y convencer a las multitudes que se puede respaldar con la Palabra de Dios.
Algo parecido tratan de hacer con la historia cuando se jactan de que en genuinos avivamientos cristianos como los de Jonathan Edwards, Charles Finney y el metodismo de Wesley se generó algo parecido a su Avivamiento de la Risa. Lo extraño es que ningún historiador de religión o erudito en avivamientos lo haya notado en cientos de años.
Tratar de convencer de esto a los fanatizados gurús de las “borracheras espirituales” y a sus deslumbrados seguidores y cazadores de experiencias paranormales es otro asunto. No teniendo importancia según su punto de vista, el raciocinio en asuntos espirituales, es imposible razonar con la mayoría. Siendo la lógica un odiado enemigo que impide dar rienda suelta a sus más extrañas fantasías, los líderes de esta nueva corriente han abierto la puerta a mil y una interpretaciones aberrantes de la Biblia, torciendo el significado de los textos y sacando de su contexto palabras y pasajes enteros por igual, en un desesperado esfuerzo por legitimizar su movimiento y convencer a las multitudes que se puede respaldar con la Palabra de Dios.
Algo parecido tratan de hacer con la historia cuando se jactan de que en genuinos avivamientos cristianos como los de Jonathan Edwards, Charles Finney y el metodismo de Wesley se generó algo parecido a su Avivamiento de la Risa. Lo extraño es que ningún historiador de religión o erudito en avivamientos lo haya notado en cientos de años.
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