Vistas de página en total

12 de junio de 2009

Los Encuentros Vistos por la Palabra


Y esta es la condenación: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas, pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios. San Juan 3:19-21.Sin lugar a dudas, en los últimos dos años hemos leído y escuchado múltiples enseñanzas sobre las herejías de los famosos y secretísimos Encuentros. Pero nunca se ha sacado a la luz un tema específico que se centre específicamente en las prácticas cuestionables, por las cuales condenamos tales encuentros. Tocaré los puntos más predominantes que se practican en los encuentros y que son seriamente cuestionables, por carecer de todo respaldo Bíblico, y ser considerados ¡Abominables delante del Señor! A continuación los invito a que nos compenetremos en el tema de los secretísimos encuentros que se realizan en las Iglesias con el Sistema, Método, Visión de los G12, D12 o cualquiera de sus corrientes, que tanta polémica y división ha ocasionado dentro del pueblo del Señor.

BREVE HISTORIA
Los encuentros o retiros espirituales —como le prefieren llamar otras iglesias o concilios involucrados— tienen su origen en la iglesia católica romana; aunque muchas de las prácticas también están fuertemente vinculadas a los rituales budistas o religiones mentalistas del Oriente. Su práctica tiene más de quinientos años, y su principal fundador fue el fraile español Ignacio de Loyola. Y que a raíz de esos ejercicios espirituales —como inicialmente se les llamó— fue que nació la tenebrosa orden jesuita, fundada en el año de 1528. Desde entonces, los jesuitas construyeron las conocidas “casas de retiros”, donde los sacerdotes y monjas católicas acudían para hacer los mencionados ejercicios espirituales. Fue en estos primeros encuentros donde Ignacio de Loyola estableció el código de silencio, o “pacto de silencio”; es por eso que hasta hoy en día, un sacerdote jesuita, o recluta jesuita, prefieren morir antes que revelar el pacto de silencio que juro en dicho retiro. Sin embargo, estos encuentros no crearon ningún encanto en la feligresía católica, puesto que esta práctica, como mencioné, era solo para las personas íntimamente vinculadas al servicio total de la iglesia católica, como son los sacerdotes y monjas. Fue hasta el año de 1928, cuando otro fraile español, llamado José María Escriba de Balaguer, fundara la famosa organización “Opus Dei” o Prelatura de la Cruz. Balaguer nunca imagino que con la creación de esta organización obtendría un éxito rotundo en la feligresía de las décadas siguientes, en especial en los setenta y ochenta.
LOS ENCUENTROS CATÓLICOS: Sin lugar a dudas, en los años sesenta, la iglesia católica notó que para las siguientes décadas —rumbo hacia el nuevo milenio— enfrentaría todo un terremoto por el éxodo de miles de feligreses; en especial en el continente Latinoamericano, donde se concentra la mayor membresía. La iglesia católica no podía quedarse con los brazos cruzados, viendo venir este vendaval. Tenían que tomar esto con profunda seriedad, pues las iglesias evangélicas recibirían un impulso extraordinario por parte del Espíritu Santo, sacudiendo la fe de millones de católicos, los cuales, una vez que tuvieran esta experiencia con el Señor, y un encuentro con la verdadera palabra de Dios, rápidamente abandonarían las filas de las envejecidas iglesias católicas.De inmediato el Papa Pablo VI, convoco el fortalecimiento del Concilio II, iniciado por Juan XXIII. En 1965, Pablo VI, consolida en este concilio ecuménico, la nueva estrategia del vaticano: Primer punto, no entrar en confrontación con el resto de las religiones, sino buscar un acercamiento entre ellas, para juntas lanzarse a la caza de lo que ellos llaman las “Sectas Evangélicas”.Una vez iniciado el complot del Concilio II, se ponen en acción todas las estrategias, acerca de cómo minar nuestras iglesias. De lo que si estaban completamente seguros, era que los evangélicos de las décadas del los 70´s y 80´s, estaban experimentando una verdadera explosión de la manifestación del Espíritu Santo. Lo que seducía enormemente a los católicos, de modo que habría que buscar una experiencia semejante, que sirviera de carnada a la juventud católica y de esa manera frenar ese éxodo.
SURGEN LOS CARISMATICOS: Ya para el año 1975, había estallado en España la euforia de los encuentros del Opus Dei, que habían sido fundados en 1928. Los españoles laicos venían hablando maravillas de los famosos encuentros o ejercicios espirituales. No solo venían hablando de tener un verdadero encuentro con Dios, sino que también venían dispuestos a defender hasta con su propia vida la iglesia católica. Con este estallido, la iglesia católica vio en el Opus Dei, el gran remedio que estaba buscando. Sin pérdida de tiempo, lo inyecta en el recién creado movimiento carismático, y lo lanzan como una novedad para el continente americano.Miles de evangélicos ex católicos de esa época recuerdan haber asistido a los famosos retiros de los carismáticos, y más especialmente a los famosos encuentros del Opus Dei.
En todo lugar que he investigado, he hablado con muchos de estos hermanos sobre este tema, y todos ellos me comparten que los encuentros católicos en relación con los evangélicos —que analizaremos más adelante— son la misma cosa.
Con el éxito de los secretísimos encuentros, José María Escriba de Balaguer, no solo salvó a la iglesia católica, sino que logró que su organización se fortaleciera a los niveles más altos del vaticano; logrando inclusive, ya muerto, ser ascendido a los altares de santo en tiempo record, y en su legado dejó para el nuevo milenio a dos grandes fieles de su organización que más tarde se convertirían en Papas. Uno de ellos fue Karol Wojtyla, quien fue el Papa Juan Pablo II, desde 1978 hasta el 2005, el otro, Joseph Ratzinger, hoy el papa Benedicto XVI, desde 2005.El Opus Dei mantiene sus exitosos encuentros, los cuales se dividen en tres: El pre-encuentro, pos encuentro y el reencuentro, una vez que el laico católico ha pasado por estos tres cursillos de la cristiandad, como le llaman ellos, están listos para emprender su misión de defender su religión. Las practicas que realicen los católicos en sus encuentros, no es el tema de nuestro estudio y en realidad no nos interesan. Bien sabemos por la palabra del Señor que un árbol malo no puede dar buenos frutos. Eso no quiere decir que los árboles malos no den frutos, claro que los dan, pero son malos frutos. Santiago el hermano del Señor también dejo bien claro esto en los siguientes pasajes: ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Del mismo modo, ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. Santiago 3:11-12.
Vengo con la conclusion en el proximo capitulo; digame que opina usted ?

No hay comentarios:

  “… Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”   hebreos 12:1.  ...